Tuesday, July 7, 2009

LA GUERRA SANTA.

LA GUERRA SANTA.


Históricamente todas las religiones del mundo han intentado justificar el uso de la violencia y muchas muertes en nombre de sus creencias religiosas, proclamándose como verdaderas, intentando allanar a quienes se opongan a su criterio, a quienes no compartan sus creencias.


Budistas, sintoístas, hindúes, luteranos, musulmanes, católicos, judíos, protestantes, etc., han tomado las armas con el fin de eliminara a los infieles, sean quienes sean, sea por lo que sea, enarbolando el nombre de sus dioses, luchando por conquistar aquello que según su dogma religioso ya les pertenece.


Los musulmanes disparan sus fusiles basados en la autoridad del Corán en el nombre de Ala, su dios.


Los judíos disparan sus armas basados en la autoridad del la Tora, en el nombre de Adonaí, Eterno Dios de Israel y de toda la creación.


Los cristianos históricamente han fundamentado sus guerras en la autoridad de la Biblia, en el nombre de Cristo.


Si estas afirmaciones son verdaderas, y si el dios que profesa cada uno de ellos realmente los apoya, la conclusión a la que llegamos indudablemente es que estamos frente a un dios despiadado, sanguinario terrorista y sin misericordia, a razón de que promovería miles de asesinatos.


Es por esto que se hace necesario analizar los fundamentos para hacer la guerra en el nombre de Dios, de las diferentes religiones, y en base a las evidencias poder demostrar que es un error esgrimir como razón para destruir, la justicia de Dios y que las guerras, que hoy en día invaden el mundo entero son producto de los deseos de poder, de las ansias de conquista, del egoísmo arraigado y son fruto del corazón del hombre, ¿ De donde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar, combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, por que no pedís (a Dios)… (Santiago 4:1-4) y de igual modo demostrar que Dios si es un Dios de paz, amor y verdadera justicia.


¿Qué es la Guerra Santa?


La guerra es el medio formado por un conjunto de elementos destructivos, que utiliza el hombre para pretender solucionar sus diferencias y problemas, provocando la destrucción, la amargura, la muerte y la ausencia de amor y paz, estando esto en contraposición las enseñanzas de Cristo, que deben ser seguidas por sus discípulos, los cuales deben desarrollar el amor y la paz, incluso hacia los enemigos (Mateo 5: 38-48), produciendo con el poder de Dios vida y salvación.


Podemos entender por guerra santa toda actividad bélica, destructiva y violenta ejecutada por individuos motivados por cualquier concepción religiosa del mundo, con el fin de que a través del cumplimiento de su deber religioso se obtenga aquello que es respaldado por la cosmovisión de la religión a la cual se pertenece.


Las guerras presuntamente santas han sido una constante en el desarrollo de la historia de la humanidad (dado a que el corazón del hombre pecador no cambia, la única esperanza que tiene es la gracia de Dios que purifica la vida), abarcando desde primitivas sociedades tribales hasta las mas desarrolladas democracias actuales y han sido muchos los grupos étnicos y culturales que han utilizado y aun utilizan la religión como excusa para matar.

Hagamos un breve análisis de las culturas en las cuales se ha presentado este fenómeno.

El judaísmo y la Guerra Santa


Es el caso de muchos fieles del judaísmo, que tratan de legitimizar las muertes que dan a otros, su guerra, usando el nombre de Dios, basándose irónicamente en la Tora. No se puede negar que los textos bíblicos nos narren acontecimientos históricos en donde los israelitas participaban en guerras en nombre de su Dios durante el desarrollo primitivo del pueblo a través del Primer Pacto mal llamado “ Antiguo Testamento” o que en varias ocasiones por voluntad propia excedieron a su deber haciendo la guerra contra inocentes (Jueces 9:1-57) y que incluso ellos mismos eran reprendidos por Dios siendo victima directa de muchas guerras (Jer. 22:6-9), pero cosa diferente es que hoy en día cuando el canon hebreo lleva miles de años ya plenamente constituido y sellado, haya quienes pretendan volver escribir con sus actos nueva historia santa haciendo guerra, cuando en realidad su accionar esta abierta y francamente contraposición con los preceptos consignados en la ley mosaica, además hay que tener en cuenta que en ese momento histórico Dios en su soberanía permitió la guerra como un medio de preservar la nación, pero las guerras de Israel no eran para extender la religión sino por la supervivencia del pueblo, también constituían esas guerras parte del juicio que Dios hacia contra esos pueblos,


Peor en general en las Sagradas Escrituras Dios nos habla de la sacralidad de la vida humana y que su objetivo es crear un estado de paz, (ver Isaías) en la Tora dada por el mismo Dios al pueble de Israel, como podemos ver:

Éxodo 20:13 y Deuteronomio 5:17, “No mataras”. Este precepto se aplica al asesinato de un individuo en particular pero también se extiende a la guerra que es la destrucción de la vida en gran escala.

Éxodo 21:12, ‘el que hiere a alguno haciéndole morir, el morirá’.

Éxodo 21:14, “si alguno se ensoberbeciere contra su prójimo y lo matare con alevosía, de mi altar lo quitaras para que muera’.

Génesis 9:5-6, ‘El que derramare sangre de hombre, por hombre su sangre

Será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre’. El carácter sagrado de la vida y la dignidad humana proviene de ser una creación maravillosa de Dios.


Como podemos apreciar Dios en su palabra nos da un principio universal de respeto a la vida, los anteriores versículos no dan base a la violencia institucionalizada, sino que Dios, a sabiendas de lo que engendra la aniquilación de la vida reconoce la situación que se dará a todo aquel que falte a ese principio, existiendo prohibición expresa para los adeptos hebreos de dar muerte a otros hombres, incluyendo esto a los que no comparten su fe, so pena de un castigo igual. De ahí que la única manera de custodiar la vida propia consista en no atentar contra ninguna otra. Pues el homicidio hace al hombre acreedor de la maldición de Dios.

Deuteronomio 27:24. ‘maldito el que hiriere a su prójimo’.


Dios espera que su pueblo le busque a el como su liberador, como su refugio, quien libra a Israel de todas sus angustias (ver salmo 25: 1-3, 19-22), esa debe ser la esperanza de Israel, no nosotros no tenemos en quien apoyarnos sino en aquel que dijo: ‘... no con ejercito, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos’. Zacarías 4:6.


Dios proclama por medio del profeta Zacarías el ideal divino: no era con la fuerza violenta ni con ejército militar como los hombres debían conseguir los objetivos de la humanidad que voluntariamente depende de Dios, sino con el Espíritu de Dios.


De todo esto podemos sacar ciertos principios básicos.


  1. Dios espera que su pueblo confié en el para su liberación, Dios no quiere, no es su voluntad se empleen las armas; el utiliza otro método: Su poder y la fe en su poder, lo que todavía nos ratifica mas la idea que el propósito divino no era el que emplearan el arte militar. (salvo en el periodo que fue expresamente ordenado por el para preservación del pueblo).

  2. Si no llevaban armas, durante su exilio de Egipto (considerado como su opresor) lo cual es lo mas probable, según lo consagrado en Éxodo 14:13-17 que contempla la formula “Ved la salvación que hoy hará Jehová por vosotros, Jehová peleara por vosotros y vosotros estaréis tranquilos”, nos hace llegar a la conclusión que no era el propósito divino emplear la guerra como método para liberar a los Israelitas para luego conducirlos a la tierra prometida.

  3. Que la forma de expresar Dios su poder es clara, específica y total. Cuando El dice: “que va a pelear por ellos” no quiere expresar una colaboración a medias. No quiere dejara a entender que El va simplemente a ayudarlos. Sino que su poder, solamente su poder, les dará las victorias. No consentía en una participación guerrera por parte de Israel, y que Dios les iba a ayudar en sus empresas. Tan solo los Israelitas, tocante a sus enemigos debían ejercer la fe en el método que Dios manifestaba, el cual era, tan solo ejercer fe en las promesas de Dios sin emplear ninguna fuerza militar.


Aunque, para ser precisos existe en el judaísmo la Miljemet Jová -guerra prescrita-. ¿De qué se trata ésta? De la que se debe hacer como respuesta a los ataques que amenacen la vida de las personas. No se guerrea por religión, ni por territorios, ni por honor, retaliación, orgullo o cualquiera otra de las vanidades humanas. Solamente para que prevalezca la vida, la justicia, y la paz. Esto significa que la única guerra prescrita para el judaísmo, es aquella que se efectúa contra las propias inclinaciones negativas, y contra lo que está ejerciendo una real y material amenaza o negación al mantenimiento de la vida humana.


"Guerra Santa" no es un concepto judío. Es contrario a los principios y finalidades del judaísmo. Todo fanatismo, como es el que puede impulsar una guerra de este tipo, es una afrenta a los designios de Dios para el Hombre, pues es anular arbitrariamente la libre determinación.


Vemos entonces que matar y por la misma razón hacer guerra esta específicamente prohibido en el libro sagrado de los hebreos. ( hacemos la claridad hablamos de guerra con el objetivo de imponer sus creencias religiosas por medio de la violencia, la guerra para defensa propia no es tratada en este articulo, tampoco se trata del problema teológico y histórico especifico del conflicto Israel y mundo musulmán, si el Eterno lo permite este será objeto de posteriores estudios.)


De esta forma seria simplemente absurdo pensar que el mismo Dios que en su palabra condena el homicidio, respalda de alguna manera una guerra iniciada y desarrollada por los hombres en su nombre


El Islam y la Jihad


La palabra "islam" deriva de la raíz árabe "salaama" que significa paz, pureza, sumisión y obediencia. El cometido del islam consiste en hacer la paz sometiéndose a la voluntad de Dios y obedeciendo su ley, surgió en el primer tercio del siglo VII.


Actualmente se escucha de miles que se alzan a rebelarse, hacer guerra, dar muerte bajo la cobertura de la llamada Jihad, comúnmente entendida como guerra santa, pero ¿qué es en realidad la Jihad?


Veamos el significado: La Guerra Santa es un término que se debate en el Islam desde su creación, no obstante, las escuelas de las corrientes mayoritarias de esta religión hablan de ella no necesariamente como un concepto geopolítico de guerra, sino de superación personal de los creyentes para enfrentar retos y desafíos, esa, dice Sberro, es la traducción exacta de la Jihad. "Jihad no quiere decir exactamente Guerra Santa, esa no es una buena traducción", aclara el investigador, "Jihad quiere decir, más bien, superación". Al igual que este académico del ITAM, Adam Jones, profesor de la División de Estudios Internacionales del Centro de Estudio y Docencia Económicas (CIDE), aclara que la Jihad significa una lucha personal. "La Guerra Santa es originalmente un concepto de lucha religiosa, pero no necesariamente militar, es más bien un concepto de luchar contra los propios deseos, tentaciones y todas las cosas malas del espíritu de manera personal", explica Jones.


El origen de la confusión radica en que al término de la Jihad se le ha dado una connotación occidental, la cual ha sido retomada por algunos musulmanes porque conviene a sus intereses, considera Sberro. La Jihad es un término que ha sido sumamente politizado por los activistas, nacionalistas y terroristas del mundo islámico para justificar religiosamente sus campañas políticas. "Es una combinación de una lucha personal y una lucha militar que ha sido modernizada para el mundo actual y así poder justificar campañas en contra de aquellos que no creen en el Islam", subraya Jones.

Según muchos los terroristas que utilizan el Islam como una excusa para llevar a cabo sus actos terroristas en contra de judíos y cristianos no son fundamentalistas sino heréticos. Para averiguar por qué, solo hay que leer el Corán (o Qu’ran). Hay que considerar los siguientes pasajes del Corán, los cuales tienen al final una referencia a la traducción Shakir cerrada entre paréntesis:

Antes que nada, el Corán demanda respeto hacia todas las religiones monoteístas: “Aquellos que son judíos, y los cristianos que crean en Alá (Dios) y en que el último día es bueno, el Señor les dará su recompensa” (II: 62). El Corán, al mismo tiempo, habla favorablemente de las “iglesias y sinagogas y mezquitas en las cuales el nombre de Alá es recordado.” (XXII: 40).

Segundo, todos los profetas deben ser respetados, incluso Abraham, Moisés y Mahoma: “nosotros no hacemos ninguna diferencia entre ellos.” (II: 136) “Nosotros (musulmanes) no hacemos ninguna diferencia entre sus apóstoles.” (II: 285) “Cada uno de ellos era de Dios.’ (VI: 85) “El Mesías, hijo de María es un apóstol.” (V: 73), ya que Dios “puso bondad y piedad en los corazones de aquellos que lo seguían.” (LVII: 27) La Toráh “en la cual encontramos dirección y luz” es considerado parte “del Libro de Alá” (V: 70), así como también son considerados el Corán y la Biblia (IX: 111).

Incluso, en algunos casos el Corán aconseja tolerancia religiosa: “No existe compulsión en la religión.” (II: 256) “Tu puedes tener tu religión y yo puedo tener la mía.” (CIX: 6) “No debes ser innecesariamente extremista en tu religión.” (V: 73).

El Corán nunca excusa la Guerra Santa o Jihad en contra de otros monoteístas, cristianos o judíos, solamente en contra de esos que adoran ídolos (idólatras) o varios dioses (politeístas). Aún en el caso de los idólatras, el Corán honra acuerdos de paz. “Asesinen a los idólatras en cualquier lugar donde los encuentren excepto a aquellos entre los idólatras con los cuales hayan realizado un acuerdo.” (IX: 4-5) “Si ellos rompen sus juramentos después de realizado el acuerdo y (abiertamente) denigran su religión, entones pueden pelear.” (IX: 12). “Peleen en contra de ellos hasta que no haya persecución (del Islam) pero si desisten, entonces no debe de existir hostilidad salvo en contra de los opresores.” (II: 193) “Y si ellos se inclinan hacia la paz, entonces ustedes también se deben de inclinar hacia ella y confiar en Alá.” (VIII: 61) Este lenguaje no es del tipo dócil “hay que poner la otra mejilla”, pero tampoco implica que los ataques furtivos sean sagrados, que esa guerra sea preferible a la paz, o que los cristianos o judíos sean enemigos religiosos.

Cuando hablamos de cristianos “fundamentalistas” y judíos “ortodoxos”, nos referimos a aquellos que siguen estrictamente las enseñanzas del Nuevo Testamento o de la Toráh. Si ser “fundamentalista islámico” significa, de igual forma, una adherencia estricta al Corán, entonces esta frase no puede ser apropiadamente aplicada a aquellos que intentar aterrorizar a cristianos y judíos.

El Corán demanda respeto hacia todas las religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e Islam), y no perdona una guerra en contra de alguna de ellas, mucho menos si se llevan a cabo actos cobardes de terrorismo.

Dictadores y aspirantes a dictadores están furiosos con los países que limita su deseo por poder y tierras. Pueden tratar de encubrir sus ambiciones y su brutalidad en una retórica religiosa, pero están mintiendo. La religión no puede justificar atrocidades contra ningún ser humano.

Asesinar es asesinar y no tiene nada de religioso.

Aunque no sabemos mucho del Islam, si sabemos que la Jihad no es el vil ataque a civiles, ni a inocentes, ni siquiera a soldados desarmados, ni el enmascaramiento detrás de niños para asesinar a soldados, ni ninguna de las prácticas perversas que terroristas que se dicen musulmanes utilizan, y que son nada más que desecraciones de la elevada religión que dicen defender.

Los "cinco pilares del Islam" (obligaciones o deberes) son:

(1) la confesión de la fe: "No hay otro Dios que Alá, y Mahoma es su mensajero";

(2) orar cinco veces por día;

(3) compartir la riqueza o dar limosna, practicado de diversas maneras;

(4) ayunar para la reflexión y auto-disciplina durante el mes de Ramadán; y

(5) un peregrinaje a la Meca, por lo menos una vez en la vida, de ser posible.


Después de la muerte de Mahoma, surgió una división en torno a la sucesión del Profeta. El resultado fueron los sunitas, que ahora ascienden a acerca del 90 por ciento de todos los musulmanes y se consideran la rama ortodoxa del islam. El otro grupo, los shiítas, que viven en su mayoría en Irán, también se consideran auténticos musulmanes. Los sunitas y los shiítas difieren respecto del tema de la sucesión y en algunas de sus interpretaciones del Shari'ah (el camino recto), un código generalizado de moralidad y deberes religiosos basado en el Qur'an y el Hadith (tradiciones de las palabras y hechos del Profeta). Entre las características del islam shiíta se incluyen una tradición de martirio honorable y, en tiempos de crisis, la necesidad de tomar medidas fuertes, incluida la guerra santa. Según las creencias de los shiítas, el gobierno de una nación debe ser una teocracia, un gobierno regido por Dios a través del imán (un líder espiritual especial). Como cualquier grupo, entre los shiítas hay moderados y extremistas.


En el Corán, Mahoma dice que hay que llevar a cabo el Jihad "contra los infieles". Debiéndose entender la palabra como realmente significa. Ahí surge la pregunta de qué somos nosotros, cómo nos describe el Corán.

Mahoma recitó en el Corán: Sura 98, Aleya 6:

"Los del Libro (Judíos y Cristianos) y los paganos arderán por siempre el fuego de la gehena. Esos son lo peor de la creación".

Corán (48:29) " Mahoma es el enviado de Alá, Quienes están con el son severos con los infieles y cariñosos ente si"

Corán (8:39) (2:193) "Combatid contra ellos hasta que dejen de inducirlos a apostatar y se rinda culto a Alá"

Corán (9:123) "Combatid a los infieles que tengáis cerca, que os encentren duros"

Corán (9:5) "Matad a los asociadores donde quiera que les encontreis, capturadles, sitiadles, tendedles emboscadas por todas partes"

Corán (11:116) " Los desgraciados estarán en el fuego gimiendo y bramando"

En el cristianismo para sustentar la guerra tenemos la teoría de la guerra justa veamos:

Agustín de Hipona y la teología de la Guerra Justa


Agustín de Hipona, antes de convertirse al cristianismo era una persona muy culta, profundo conocedor de la filosofía de Plotino, Platón y Aristóteles, entre muchos otros, y en su posterior interpretación de los textos bíblicos estuvo influenciado por los pensamientos de estos pensadores lo que tuvo como resultado la llamada “teoría de la guerra justa”.


Platón el filosofo griego, tres siglos antes de Cristo había expresado “la guerra no es lo mejor y la necesidad de ella ha de lamentarse; mas la paz unos con otros y la buena voluntad, estos son lo mejor. El mismo modo, nadie puede ser un verdadero estadista ya sea que procure la felicidad personal o la del Estado si atiende tan solo a la guerra. No será un legislador acertado quien utilice la paz como medio para llegar a la guerra en vez de utilizar la guerra para llegar a la paz”.


Cicerón, un gran orador latino que murió antes de nacer Jesús, había expresado sentimientos parecidos: “La retribución y el castigo deben obedecer ciertos limites. Soy de la opinión de que basta con que el agresor se vea obligado a arrepentirse de su maldad, a fin de que no repita la ofensa y que otros no se vean tentados al mal. Entonces la única excusa para recurrir a la guerra es que vivamos en paz sin ningún prejuicio”.


Haciéndose eco de estos planteamientos pre-cristianos Agustín le explica al tribuno Bonifacio: “la paz ha de ser objeto de tus deseos. La guerra ha de emprenderse tan solo como una necesidad. Pues la paz no se persigue tan solo con el fin de emprender la guerra sino que se emprende la guerra en persecución de la paz. Por lo tanto, incluso al emprender la guerra, mantén el espíritu de un pacificador; puesto que el señor dice: “bienaventurados los pacificadores por que serán llamados hijos de Dios”, al recurrir a las ideas de grandes pensadores paganos para presentarlas como cristianas con ese ligero barniz piadoso que le otorga la cita descontextualizada de las escrituras, Agustín se desenvuelve en lo que la edad media conocería como la teología natural”. De acuerdo a esto la violencia es inevitable, la violencia perversa únicamente puede ser vencida por la violencia benigna. Esto es lo que se conoce como la teología de la guerra justa.


No existe ningún documento oficial, ninguna descripción universalmente aceptada de esta teoría. Pero podemos resumir sus grandes rasgos en cuatro puntos esenciales. Para que una guerra sea justa o justificable debe cumplir cada una de las siguientes 4 condiciones:


1. Autoridad justa: tan solo una autoridad debidamente constituida puede declarar una guerra que sea justa. Nunca se justifica que un particular organice un ejército y recurra a la fuerza armada. El cristiano en cuanto particular debe ser como Cristo manda. Debe perdonar, amar, estar dispuesto a perder derechos y privilegios. Pero la autoridad debidamente constituida tiene el deber y la responsabilidad de proteger a la sociedad sobre la que es autoridad.


Respecto de este punto se pueden hacer las siguientes criticas, como la que hizo ya en la edad media Tomas de Aquino “un gobierno tiránico no es justo, porque no persigue el bien común sino el viene particular del gobernante. Por lo tanto no existe sedición si se perturba un gobierno de esta índole. En realidad es el tirano mismo el culpable de sedición, ya que favorece la discordia y la sedición entre sus súbditos, a fin de poder enseñorearse sobre ellos con mayor firmeza; porque esta es la tiranía, ya que conduce a un bien particular del gobernante en perjuicio de la multitud.”, en términos parecidos se expreso John Locke, filosofo ingles de fines del siglo XVII ‘no todos los gobiernos son legítimos, sino tan solo los que cuentan con el asentimiento de los gobernados’, añade ‘quien utiliza la fuerza sin el derecho, como es el caso de todo el mundo en una sociedad sin leyes, se pone así mismo en un estado de guerra con las personas contra quienes la emplea. Y en ese estado, todos los lazos se anulan, todos los demás derechos acaban, y cada uno tiene el derecho de defenderse y de resistir al agresor.’ Ósea que son los gobernantes tiránicos los que han empezado la violencia.


Pero según la teoría de la guerra justa, las guerras de agresión sin provocación son siempre injustas por lo que se justifica defenderse de la agresión. Como lo dijo Camilo Torres el cura guerrillero ‘la oligarquía no tiene ningún derecho de prohibir a la mayoría los medios violentos cuando ellos ya los han utilizado antes mil veces. Si la minoría lesiona la democracia, valiéndose de la violencia, sepa que responderemos a la violencia con la violencia.’ En la practica, la estipulación de que tan solo las autoridades legitimas pueden emprender una guerra que pretenda ser justa, ha sido insostenible. Siempre será posible encontrar excepciones a esta regla.


2. Causa justa: no todas las causas ni todos los motivos pueden justificar el recurso a la guerra. Hay ofensas i o perjuicios que beberían ser perdonados antes de tomar un paso tan grave como declarar la guerra. Hay objetivos que no son justos en si mismos. Una guerra cuyo objetivo es llevar a cabo una injusticia no puede ser justa.


A este punto habría que hacerle la siguiente crítica: es obvio que si fuese posible ponerse de acuerdo acerca de cual de los partidos en una contienda tiene la causa justa, cesarían las mayorías de las guerras. Insistir en que una guerra debe obedecer a una causa justa suena muy bien. Y algunos defensores de la teoría de la guerra justa han explicado detalladamente lo que ellos entienden como causas justas. Sin embargo, frente a las realidades que inspiran las guerras, este es probablemente el más inútil de todos los puntos de la teoría, nunca nadie ha empezado una guerra sin sentirse profundamente justificado respecto a los objetivos perseguidos.


3: Medios justos: No todo es lícito ni siquiera en la guerra, al menos si se pretende que esta sea justa. Hay tácticas y estrategias que atentan tan exageradamente contra civiles, contra potencias neutrales, o contra la naturaleza que no son admisibles para los cristianos. Un apartado importante en este punto de los medios justos es el de la proporcionalidad. El estado de las cosas al acabar la guerra tiene que ser preferible al que imperaría de no haberla emprendido. Esto significa, entre otras cosas, una guerra de la que se salga vencedor. Este tema ha dado resultados mucho más interesantes. Algunos

Débiles progresos se han logrado en el intento por eliminar las armas de destrucción masiva he indiscriminada.


4. Actitudes Justa: Para Agustín no había conductas imposibles de contemplar pero habían, si, actitudes que el cristiano nunca debía abrigar. El cristiano podía y debía matar al enemigo pero siempre con amor en su corazón. Nunca con odio y desprecio. El cristiano debía lamentar profundamente la triste necesidad de recurrir a la fuerza. La guerra debía ser emprendida con mucho dolor pero también con mucha firmeza brutal para acabar con toda oposición militar.


Pero no nos explico Agustín, como se puede dividir la unidad del ser humano para internamente hacer una cosa y externamente llevar a cabo otra: amar a los enemigos y al mismo tiempo ejercer la violencia, soportar la injusticia con alegría y al mismo tiempo devolver golpe por golpe, perdonar las injurias y castigar al ofensor, estar en paz con todos los hombres haciendo la guerra, tener contiendas y no caer en la condenación del que hace tales cosas. Y si las obras externas son fruto de lo que contiene el corazón, no podemos imaginarnos a nadie que cumpliendo el sermón del monte internamente tenga como resultado una matanza.


Concluimos entonces que es imposible la guerra justa, ni antes ni ahora.

Por la sencilla razón de que la guerra no es mas que la manifestación externa de la violencia que anida en el corazón humano pervertido y perverso en extremo (Jeremías 17:9).


A ningún ser humano ni a ninguna autoridad política o religiosa se le ha concedido el poder disponer de la vida humana quitándola, y ni mucho menos dictaminar que una guerra sea justa, porque esto supone la usurpación del lugar de Dios. En la llamada “guerra justa” esta implícito un juicio como si fuera justo, sobre la vida humana y nadie y absolutamente nadie tiene esta prerrogativa. Quien lo hace asume el puesto de Dios “haciéndose como dios”.

Fue en este planteamiento de Agustín en donde las cruzadas, acorde a los historiadores, encuentran su fundamento o justificación ideológica.

Como ya todos sabemos las cruzadas son el conjunto de 7 “guerras de la cruz contra la media luna” liberadas por los países católicos de la Europa occidental para recuperar la “tierra santa” de manos de los musulmanes. En las que se dio muerte a miles de personas inocentes, además se consumaron un sin numero de atrocidades que quedaron en la historia para siempre como la tortura, mutilaciones e infanticidios entre otras.



JESÚS Y LA NO VIOLENCIA.


Jesucristo, conocido en el hebreo original como Yeshua ha Mashiaj (Jesús el Mesías), ha sido la persona mas grande de todos los tiempos, hasta el punto en que dividió la historia en dos, antes de El y después de El. El es el centro de la religión cristiana, aunque en verdad nunca ofreció El una religión, simplemente una salvación. El se presento como el camino de regreso al Padre (Juan 14:6)


Muchos que se han declarado cristianos han inspirado directamente la guerra. El Papa Urbano II en el siglo XI lanzo la primera cruzada contra los turcos; las guerras entre católicos y protestantes en Europa en los siglos XVI y XVII, que continua hoy día en Irlanda; el genocidio de indígenas americanos cometido por puritanos ingleses a partir del siglo XVII, la Inquisición, son algunos ejemplos.


Dado que muchas guerras y atrocidades se han pretendido legitimizar y de igual modo justificar en el Nombre de Jesús, es deber analizar cual es la verdadera postura de Jesús respecto a la violencia, tomando como referencia la única fuente histórica fidedigna e indubitable sobre las enseñanzas, vida y obras de Jesús: La Biblia, que aunque no es un libro científico, es científicamente comprobable, y que además es sin ningún genero de dudas uno de los mas ricos tesoros de la literatura universal de todos los tiempos.


Nadie mínimamente podría negar la evidencia del gran tesoro cultural encerado en esta colección de antiguos escritos judío cristianos, sin embargo el valor principal de la Biblia no consiste en razones estéticas ni en motivo alguno de índole cultural, sino en su contenido esencialmente religioso que hace de ella el libro sagrado por excelencia, porque todo en la Biblia esta ordenado a revelar que Dios ( 2 Timoteo 3:16, Mateo 5:18, ), el Autor de la vida y de todo cuanto existe, no es un ser inaccesible, oculto en la profundidad de su divinidad, y ajeno a los problemáticos planteamientos de la historia del ser humano, como lo son las guerras, sino un Padre amoroso y perdonador que se acerca a las personas para liberarlas de sus propias faltas y errores.


Cuando los no cristianos leen el evangelio captan sin la mas mínima dificultad que Jesús fue un hombre pacifico, en sus palabras, pero por sobretodo por su vida. Pero antes de conocer a Jesús, aprendemos desde nuestra mas tierna infancia que la violencia es necesaria, inevitable, parte de nuestro diario vivir, y damos como un hecho cierto la necesidad de la fuerza para vencer el mal, que la violencia perversa, solo puede ser vencida por la violencia justa.


Entonces los cristianos se declaran seguidores de Jesús pero no son capaces de dejar al dios Marte (dios de la guerra) atrás, usando toda clase de mecanismos, racionales y filosóficos para llegar a la misma conclusión: admiran y adoran a Jesús, pero no permiten que Jesús cambie su entendimiento de la realidad.


Jesucristo dejo muy en claro su posición frente a la guerra.

En los textos bíblicos podemos encontrar plasmadas muchas aseveraciones de El en contra de la violencia.


Lucas 22:49-51: “Cuando los que estaban con El se dieron cuenta de lo que había de acontecer, le dijeron ¿Señor, heriremos a espada? Entonces uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote y le corto la oreja derecha. Entonces respondió Jesús, dijo” Basta ya! Dejad, y tocando su oreja lo sanó”. “Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que tomen espada, a espada perecerán” en Mateo 26:52.


Esta frase representa una importante norma de fe que no puede ser pasada por alto, plasmó con ella lo que contradice el comportamiento de quienes llamándose cristianos defienden las guerras: nadie que en realidad lo siga puede tomar armas para atacar a otro, incluso cuando su vida estuvo de por medio.


La enseñanza de Jesús sobre el tema fue clara: “Pero Yo os digo: amad a vuestros enemigos, bendecid a los que los maldicen, haced bien a los que os odian y orad por los que los ultrajan y os persiguen, para que sean hijos de vuestro Padre que esta en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos y llover sobre justos e injustos, ¿si amáis a los que os aman que recompensas tendréis? No hacen así los publícanos? Y si saludan a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacen de más? No hacen también así los gentiles?” Mateo 5:43-47.


Jesucristo no respalda la violencia y de ninguna manera la guerra, por el contrario es la máxima expresión pacifismo. El establece la tolerancia, la mansedumbre, y la responsabilidad como pauta de comportamiento nunca antes vista.


Mateo 5:39 “Yo les digo, no resistan al que es malo, antes a cualquiera que te hiere en la mejilla derecha, vuélvele también la otra...” En la lengua hebrea esto se conoce como “leshon habai”, es decir lengua mas allá, esto es una exageración de algo real. Al decirlo Jesús nos propone un accionar de confrontación, no nos esta diciendo que nos comportemos de modo que atentemos incluso contra nuestra vida o integridad personal, fomentando la violencia contra uno mismo. . El mismo lo demostró en Juan 18:22, sino que la actitud adecuada ante una agresión es la no agresión, porque al hacer lo mismo que hace el otro, no hay nada de lo que nos podamos quejar, puesto que la violencia te introduce en un espiral que el mundo no a podido solucionar. La violencia engendra más violencia, porque una vez iniciada la espiral se repetirán los actos sin cesar.


A esto Jesús propone un alto. Su propuesta es vencer el mal con el bien, No paguéis a nadie mal por mal, procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos,…sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito esta: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonaras sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. (Romanos 12: 17-21), erradicar la violencia con el pacifismo, luchar contra nuestras pasiones (Santiago 4:1-4) y no contra nuestro prójimo.


La no violencia de Jesús no se quedo en una aceptación pasiva de la maldad, la opresión y la violencia cruel de los malvados. Jesús le planto cara al mal en cada situación. El recurrió a la acción no violenta en vez de emplear las armas y estrategias de este mundo. Impactó a la sociedad de su época con sus acciones pacificas como la de ningún otro, con la confrontación directa del sistema político y religioso de aquel momento.


Así la conducta no violenta de Jesús de Nazaret debe inspirar en los cristianos una visión, unas convicciones y una conducta que se ciña a la visión integral de paz que enseña la Biblia y que los hebreos llaman Shalom. Shalom es la armonía que se extiende por toda la sociedad, puesto que es una paz con Dios, una paz consigo mismo y en consecuencia con los semejantes. Puesto que esta es la verdadera paz que proviene de Dios, que no es como la paz que intentan conseguir los Estados sino una paz que guarda nuestros corazones y los pensamientos de aquellos que creen y siguen a Jesús (filipenses 4:4-7).


Es la paz concebida como algo inseparable de la justicia (Salmo 85.). Es una justicia que por definición renuncia a los métodos violentos, reconociendo que los métodos violentos son siempre injustos en si mismos.


Shalom es una visión de solidaridad con el prójimo, donde la paz y la justicia se dan la mano, se funden en un abrazo eterno e inviolable. Es imposible la paz sin justicia. Pero la justicia solamente puede existir donde ha desaparecido la violencia. Cualquier justicia que requiera de la violencia para establecerse, perece bajo el peso de su propia contradicción, esta no violencia Bíblica tiene su garante en Dios, quien al resucitar a Jesucristo demostró que sus palabras son fieles y verdaderas.


Por lo cual se debe saber que toda violencia, que todo mal, es completamente irracional, y no es afín a todo aquel que se llame cristiano. Que nos queda?

Jesús no fomenta la violencia, es mas la condena. Y entonces por que ha habido y seguirá habiendo multitudes que maten, hagan guerra y sean violentos en su Nombre?

En la misma Biblia lo aclara Santiago 4:1-3 “De donde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? No es de vuestras pasiones las cuales combaten vuestros miembros. Codician y no tienen, matan y arden de envidia y nada pueden alcanzar; combaten y luchan pero no tienen lo que desean.”


Las guerras se originan en el corazón del hombre. Es el hombre el que se sumerge en el arte de la guerra, maquinando y desarrollando tecnología para dar muerte, Es el hombre el que recurre a los métodos violentos para lograr sus fines, pasando por encima de los derechos de los que le son iguales, de el brotan los deseos de muerte, de destrucción, de confusión, el ansia de poder, conquista, dominio, oprimiendo, eliminando, dañando, acabando. Con su imperfección inunda el mundo entero y cada vez mas plasma su sello de muerte con su conducta.


Cada minuto gastan los países del mundo 1,8 millones de dólares en armamento militar pudiendo invertir este dinero en lo que si es necesario, como alimento y vivienda para los que no tienen; cada hora mueren 1.500 niños de hambre o enfermedades causadas por ella; cada semana de los años 80, exceptuando el tiempo de la Segunda Guerra Mundial, fueron torturados, detenidos, asesinados, obligados a exiliarse, o bien oprimidos de las mas variadas formas por regímenes represivos, mas hombres que en cualquier otra época anterior de la historia, y estas cifras van diariamente en aumento.


Se ha intentado en tantos miles de años de existencia del mundo dar solución a los problemas que en el subsisten con la violencia, y parecemos no percatarnos de que no ha funcionado, que ha sido en vano.


Hay que buscar otro remedio, porque la violencia no es la solución. Es la paz misma en cada persona la que puede conseguir la verdadera paz y la justicia que tanto anhelamos, el shalom completo de la Biblia, a partir de sus más pequeñas partículas en cada uno de nosotros que puede quitar las huellas de muerte.

Pero Jesús El vino a dar vida y dar vida en abundancia. (Juan 10:10).


Jesús propone el camino y cada quien decide si le sigue. Son muchos los que dan muerte, son pocos los que dan vida. El que se denomine cristiano tiene el derecho de elegir ser o no serlo realmente, y si escoge afirmativamente debe seguir el ejemplo de quien dice es su Maestro. 1ª de Juan 2:6 “El que dice que permanece en El, debe andar como El anduvo”.


Ya es claro que en el Nombre de Jesús no se puede fundamentar guerra alguna, puesto que el es el máximo exponente de la paz. Es a partir de los frutos que se puede determinar si algo es bueno, justo o aprobado. Toda guerra hecha por los hombres, aunque alegue ser en el nombre de algún dios, solo causa destrucción, miseria y muerte, pues proviene del egoísmo del hombre. Cualquiera que ponga la guerra como camino hacia Dios traza para si mismo un camino de muerte. Por esa razón sabemos que el Dios de paz es el Dios verdadero, y nuestro camino de vida.


Dios llama a todos sus hijos a apartarnos del mal (guerra) a hacer el bien ( vencer el mal con el bien como dice Romanos), buscar la paz y seguirla ( Salmo 34: 14), como seguidores de Jesús debemos ser conocidos como promotores de la paz, seremos llamados hijos de Dios por ser pacificadores,( Mateo 5: 9), en medio de este mundo de terrores, nuestro compromiso es a luchar por una sociedad mas justa (Mateo 5: 10), pero no por medio de la guerra sino llevando el mensaje de reconciliación, de perdón que Jesús trajo a la humanidad, tenemos el compromiso con el mundo de seguir la justicia, la fe, el amor y la paz (2 ti 2:22), debemos sembrar la justicia para recoger paz (Santiago 3: 18, Isaías 32:17), como hijos de Dios debemos aprender a amar la verdad y la paz, por lo tanto procurar estar en paz con todos, no buscar la venganza, no pagar mal por mal, (Rom 12: 17-18, Hebreos 12:14), como discípulos de Jesús tenemos la gran comisión de llevar al mundo la paz que Jesús nos dejo.


La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. (Juan 14: 27)


La misericordia y la verdad se encontraron;

La justicia y la Paz se besaron.

Salmo 85:10.


Bibliografía.

  1. Biblia de Estudio de John F. MacArthur, Editorial Portavoz.

  2. Biblia de Estudio Siglo XXI, Editorial Mundo Hispano.

  3. El Sentido de la Historia y la Palabra Profética Tomo I, Antolín Diestre Gil, edit. Clie.

  4. Jesús y la No Violencia; Dionisio Biler, edit. Clie.

  5. Los Genocidios en la Biblia, Dionisio Biler, edit. Clie.

  6. Historia de la Teoría Política; George H. Sabine.

  7. Historia de las Ideas Políticas, Vs Pokroski y otros, Editorial, Grijalbo, s.a, México.

  8. El Corán.

  9. Fueron varias las Paginas de internet consultadas los autores piden excusas por no poder poner a su disposición las direcciones.


Mónica Vergara Mancera, Oduver Miranda Benítez.

Barranquilla, 2002.

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