Wednesday, May 12, 2010

FILIPENSES 5 PARTE

INGREDIENTES ESENCIALES DE LA ORACION.

ALABANZA (ATRIBUTOS DE DIOS Y ACCION DE GRACIAS).

Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor.
2 Cor. 3:18.

“… el hombre nunca jamás llega al conocimiento de si mismo, si primero no contempla el rostro de Dios y, después de haberlo contemplado, desciende a considerarse así mismo...”
Juan Calvino.

“Mirarse en el espejo que es Dios a través de la adoración nos hace conscientes de nuestra indignidad”
Pablo Martínez.

El segundo ingrediente que analizaremos en este estudio es la consideración de los atributos de Dios como parte esencial de una oración saludable y equilibrada, ya habíamos tratado el tema del examen propio como parte de la oración, ahora procedemos a tratar otro aspecto que esta muy íntimamente ligado que es la meditación en los atributos de Dios en la oración, lo cual sirve como un espejo de la condición de nuestro corazón, esta revelación interior de nuestra condición nos conduce al arrepentimiento a la confesión y a la alabanza de la gloria su gracia (Efesios 1:6) que nos otorga perdón, aceptación y restauración.
Las escrituras nos enseñan que en medio de la oración es importante la consideración de los atributos de Dios, así comienzan muchos Salmos 9: 1-2, 33:1-5, etc, Jesús nos enseño en su oración modelo que la consideración de los atributos de Dios es parte de la oración, en ella debemos tener en cuenta que Dios es Santo, y gobierna sobre todas las cosas pues esta en los cielos. (Mateo 6:9).
“Fijar nuestra atención en los atributos de Dios, su poder, su fidelidad, su santidad, su grandeza, nos ayuda a entrar en su presencia. Para muchos creyentes la oración empieza con una lista de sus necesidades. El pensamiento esta centrado, ante todo en ellos mismo. No debería ser así. La adoración debe marcar las primeras notas de nuestra plegaria porque Dios es mas importante que nosotros. Hemos de luchar con nuestro egoísmo desde el comienzo mismo de la oración. Meditar en lo que es Dios y lo que Dios hace nos llevara espontáneamente a una actitud de alabanza y de gozo que el salmista describió muy bien en el salmo 100 “Venid ante su presencia con regocijo… reconoced que el Señor es Dios… El es bueno; para siempre es su misericordia”

La meditación en los atributos de Dios, nos ayuda pues ser consientes de dichos atributos nos ayuda a ver la maldad de nuestros corazones, mirando con el rostro descubierto (nuestro corazón descubierto ante Dios) los atributos de Dios se convierten en un espejo que nos muestra las áreas en que estamos fallando, los atributos de Dios sirven como un espejo para nosotros ( 2 Cor. 3:18), la santidad de Dios, nos muestra que nosotros debemos ser santo como el es santo ( Lev. 11:44,45, 19:2, 20:7, 1Pedro 1:16). La misericordia de Dios nos muestra cuanto nos falta a todos nosotros ser misericordiosos como nuestro Padre es misericordioso, el amor de Dios nos muestra cuanto amor nos falta y cuan egoístas somos, el perdón de Dios nos muestra cuanto nos hace falta perdonar y cuanto rencor y deseos de venganza guardamos en nuestros corazones (Mateo 6:14-15).

El propósito de Dios al llamarnos es que seamos conformados a la imagen de su hijo (Rom. 8:29), precisamente para lograr esa conformidad con el carácter de Jesús es esencial la meditación en la gloria de Jesús, esa meditación de los atributos de Dios manifiestos en el rostro de Jesús, nos transforma de gloria en gloria en su misma imagen ( 2 Cor. 3:17) cuando en oración se lo pedimos a nuestro Padre, El a través de la su Espíritu Santo nos muestra la áreas que no están conforme al carácter de su hijo, y nos ayuda en nuestras debilidades ( Rom. 8:26). O como lo dice Pablo en 2 de Corintios 2:17, por la acción del Espíritu del señor.
Jesús mismo pidió al padre que podamos ver su gloria “ Padre… quiero … que vean mi gloria” Juan 17:24, cuanto mas debemos nosotros pedir en oración al Padre que nos permita ver la gloria de su hijo en oración. Pues al contemplar la gloria de Cristo, somos transformados a su semejanza ( 2 Cor. 3:18), nosotros en oración debemos pedir que nos resplandezca cada día mas la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. (2 Cor. 4:4). así apreciando la gloria de Cristo veremos mas claramente la miseria de nuestro corazón y procederemos a arrepentirnos cada día de forma mas profunda por causa de nuestro pecado, al apartarnos de nuestro deber de reflejar en este mundo la gloria de Cristo, pues el nos llamo ser luz y sal de la tierra.

Por todo esto vemos que considerar a Dios en sus atributos es esencial para conocernos a nosotros mismos y contemplar nuestra miseria y a partir de esta apreciar la gracia que nos ha concedido Jesús al salvarnos de nuestro pecados y al renovarnos por su Espíritu Santo día a día para que seamos hechos cada vez mas conforme a la imagen de su hijo. Fijar nuestra mente en Dios nos ayuda a conocernos a nosotros mismos, el verdadero conocimiento de Dios es lo que nos permite conocernos a nosotros mismos, como lo dijo Juan Calvino: “el hombre nunca jamás llega al conocimiento de si mismo, si primero no contempla el rostro de Dios y, después de haberlo contemplado, desciende a considerarse así mismo.”
Por eso nuestro objetivo en la oración debe ser que Dios cada día mas nos revele la gloria de su hijo, y la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi señor.( Fil 3:8), Pues “ … un conocimiento de la gloria verdadera de Cristo, tiene poder para transformarnos hasta que seamos semejantes a Cristo”
“ Por medio de las Escrituras y el Espíritu Santo, los creyentes reciben un conocimiento de la gloria de Dios que resplandece en Cristo, de tal manera que un gozo inefable y paz llenan sus almas. Tales experiencias no son frecuentes, pero esto es debido a nuestra flojera y nuestra falta de luz espiritual. La gloria amanecería mas frecuentemente en nuestras almas, si fuéramos mas diligentes en nuestro deber de meditar en la gloria de Cristo.”

Recordemos dar gracias por todo a nuestro Dios siempre, toda oración y ruego debe ir acompañada con acción de gracias. (fil. 4:6.)

LA CONFESION.
Como ya hemos dicho esta dimensión de la oración es consecuencia de lo anterior , de ser consientes de nuestra condición caída y de cuan lejos estamos de ser hechos conforme a la imagen del hijo de Dios en todas la áreas de nuestro carácter, como anotamos “ Mirarse en el espejo que es Dios a través de la adoración nos hace conscientes de nuestra indignidad” , por eso es esencial presentar delante de Dios en oración nuestras faltas y pedirle que siga su obra de transformación en nuestras vidas. Es esencial en la oración pedir perdón por nuestros pecados. Mateo 6:11.
La confesión debe incluir los actos concretos que hemos cometido contra la voluntad de Dios ( 1 Juan 3:4), y también las faltas que hemos cometido por omisión (Santiago 4:17).

La habíamos visto en el examen propio que la confesión debe ser particular es decir hay que poner delante de Dios cada falta en particular, la confesión general no es en realidad confesión, cada pecado fue cometido en particular, cada pecado debe ser confesado en particular.

En lo que tiene que ver con la confesión nos referiremos de forma general al problema de la culpa, es importante hablar de dos clases de culpa que se presentan en el ser humano, la culpa real y la culpa falsa o neurótica.

La culpa real: se identifica pues ante dicho sentimiento se puede identificar o señalar con toda precisión un pecado específico que hemos cometido.
La culpa falsa o neurótica: se manifiesta en una indecisión o falta de certeza en cuanto al pecado, “ no se si hice bien o hice mal” es un sentimiento general de haber fallado en algo sin nunca poder identificar en que se fallo o identificar un mandamiento que se ha vulnerado, esta culpa por lo general obedece a problemas emocionales relacionado con trastornos como el perfeccionismo, neurosis obsesiva, inseguridad, sentimientos de inferioridad, problemas de identidad, recuerdos profundos reprimidos, depresión o ansiedad.
El Pastor Pablo Martínez hablando sobre este tema lo explica así: “ Un principio importante en el tema de la culpa nos recuerda que es posible ser culpable sin sentirlo, y sentirse culpable sin serlo. Centrémonos en la segunda parte de la frase. No siempre un sentimiento subjetivo de culpa se corresponde con una realidad objetiva de pecado. Es lo que se llama culpa falsa o sentimientos mórbidos de culpa… nos basta hasta aquí reconocer que existen sentimientos de culpa originados en problemas neuróticos. Tomemoss como ejemplo la conciencia hiperescrupulosa, enfermiza, de un joven que sufre de neurosis obsesiva. Sus dudas constantes, su sentido difuso de culpa obedecen mas a la inseguridad “ no se si he pecado, no se si he hecho mal” que a una falta concreta. La culpa real es capaz de señalar con todo detalle un pecado especifico, cierto. La culpa falsa, por el contrario, se manifiesta como inseguridad si hice bien o mal.”
Esto nos enseña algo a los lideres no siempre es culpable quien afirma serlo es importante tenerlo en cuenta al momento de aconsejar.
De todo esto vemos que la solución para la culpa real, es el arrepentimiento, volvernos a Dios para que nuestros pecados sean limpiados por medio del sacrificio de la cruz (Isaías 1:18, Efesios 1:7), pero la culpa neurótica es diferentes se requiere para tratar con ella una sanidad a nivel emocional que le permita a la persona identificar la raíz del problema, es decir de donde provienen esos sentimientos distorsionados de culpa, por lo general en estos casos es necesaria una consejería.

PETICIÓN.
Esta parte de la oración nos mantiene todavía en la segunda relación: con nosotros mismos. No nos detendremos demasiado en este punto, pues todos sabemos como elevar peticiones delante de Dios, solo diremos que es importante tener en cuenta en estas peticiones las prioridades del reino, pues primero el reino y su justicia y lo demás viene por añadidura ( ) Jesús nos enseño a colocar como prioridad en la oración el reino en su oración modelo, cuando dijo: “Venga tu Reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” Mateo 6:10.
La prioridad en la oración tiene que ser todo lo que tiene que ver con la extensión del reino de Dios, tales como la predicación, las misiones, etc. Y luego pasamos a nuestras necesidades personales a solicitar nuestro pan diario. (Mateo 6:11).
Debemos sin embargo recordar en nuestras peticiones el requisito bíblico: nuestras peticiones han de ser hechas conforme a la voluntad de Dios, en el nombre de Jesús (Juan 14:14), no podemos pedir para nuestros caprichos y deleites (Stg. 4:3), lograremos pedir de forma correcta si estamos en comunión con Dios (Juan 15:7), nuestras peticiones deben ser concretas, el pan diario es decir todas las necesidades especificas de ese día.

INTERCESION.

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